errores comunes al llevar una agenda

personal organizer and pink flowers on desk
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Comienzas y la dejas.

Compras una agenda nueva, con los colores que te gustan, un diseño que va totalmente con tu personalidad, y bolígrafos nuevos para llenarla con todos tus compromisos, planes y metas para el futurto.

Aún habiendo comenzado con mucho ímpetu, nuevamente te descubres dejando una agenda más de lado, con pocas páginas escritas, y una vida pesonal hecha un caos.

¿Por qué no logras ser consistente al llevar una agenda?

Ya previamente hablamos de porqué necesitamos una agenda, y cómo nos beneficia.

A continuación tocaremos los errores más comunes al llevar una agenda. Identificar los retos frecuentes, podría ayudarte a descubrir las razones por las cuales continuamente navegas en dirección opuesta a tu agenda; y ayudarte, de una vez, a conectar con tu agenda y permanecer conectada a ella.

Errores más comunes al llevar agenda

1. Faltar a la Verdad

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Tratar de engañarte anotando compromisos y/o términos de vencimiento en una fecha y hora que no es la real para evitar la procrastinación, no es una buena idea.

Por el contrario, esta práctica lo que hace es crearte una falsa idea del tiempo. Al final del camino; terminas estando insegura de cuando, es que realmente debes cumplir con el compromiso. Fomentando, en efecto, la procrastinación.

El anotar la fecha y hora real del vencimiento de un compromiso, te da seguridad, y sentido real de la vida y tu tiempo. Cuando toca, toca en ese día y esa hora.

2. Sobrellenar

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Anotar demasiados compromisos en una misma fecha.

Todos tenemos 24 hrs en un día.

Cada hora tiene 60 minutos. Cada minuto tiene 60 segundos. Es igual para todos.

Tu hora no es más larga que la de nadie; y a menos que no tengas un doble, clon o seas omnipresente, existe un límite de asuntos que puedes atender dentro de un determinado marco de tiempo. Punto.

No comprometas tus fechas más de lo que realmente puedes sobrellevar. Considera el tráfico, el tiempo de comer, el de ir al baño (los seres humanos vamos al baño, acéptalo), el tiempo de ponerte de pie y estirarte un poco… etc.

Llenar tu agenda con un sin fin de compromisos, para satisfacer tu ojo y ego; para al final del día terminar con frustración porque no pudiste cumplir ni siquiera con una cuarta parte de ellos, es la receta perfecta para rendirse al llevar una agenda.

Sé realista.

¿Cuánto realmente puedes hacer en una hora? ¿A cuántas fiestas familiares -realmente- puedes y quieres, asistir en un día? ¿Con cuántos compromisos verdaderamente puedes cumplir después de un día con jornada de trabajo?

3. “Yo lo anoto más tarde”

De las mentiras más grandes que he dicho más de una vez:

“Yo me voy a acordar. No necesito anotarlo.”

Nunca me acuerdo.

Y si al final me termino acordando, lo recuerdo cuando ya es demasiado tarde. Vivimos en tiempos de rápido movimiento y cambios. Somos bombardeados constantemente con información y promociones por todas partes (correos electrónicos, mensajes de texto, anuncios en la radio y televisión, redes sociales y las que no son sociales también); todos tratando de ocupar un lugar en nuestras mentes. Desplazando, en un abrir y cerrar de ojos, otros asuntos.

Realidad: Lo olvidarás. Anótalo. Para eso es la agenda.

4. Tener demasiadas agendas a la vez

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Una agenda para la limpieza y una para las cuentas. Otra agenda para los asuntos escolares, otra para el trabajo… y así sucesivamente.

Un pequeño detalle: Eres UNA sola persona. UNA.

Una persona con varias responsabilidades, y que se desempeña en múltiples facetas, pero al final del camino, sigues siendo tú misma. Por lo tanto, debes tener UNA sola agenda. Si vas a tener una agenda adicional, es para que esa agenda extra funcione como un ZOOM de la agenda principal, pero jamás con una identidad independiente a ella.

Esa agenda extra simple y sencillamente va a ser una extensión de la agenda principal.

Además, de que es casi imposible andar y cargar con tantas agendas todo el día, todos los días. Necesitarías un sistema extremadamente eficiente para poder integrar todas tus agendas sin que una conflija con la otra, escribiendo en lugares diferentes.

No es del todo imposible, pero es cosa de masters (super masters); y se empieza por uno. Una no puede pasar de cero a cien. Está duro pasar de no llevar agenda ninguna; a llevar tres y cuatro agendas a la vez.

Por ejemplo; mi agenda del trabajo lo que hace es detallar las gestiones y metas dentro de mi horario laboral. Y esto porque como regla general, trabajo los mismos dias, en el mismo horario. Btw, es la única agenda adicional que tengo.

5. Pretender usar la agenda todas las semanas por igual

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La vida pasa, y ningún día es exactamente igual al anterior.

Nuestras semanas no son iguales. Tenemos semanas y días, que requieren de una mayor planificación y cuidados que otras.

Hay días de vacaciones en los que simplemente descansamos y fluimos. Vamos a donde nos lleve el viento.

Otros días, tenemos cosas que necesitan ser hechas, con compromisos que necesitan cumplirse y punto.

El hecho de que en una semana utilizaste tu agenda poco, no significa que fallaste.

TOMA TIEMPO

Aprender a llevar una agenda toma tiempo. Más que nada porque cada uno de nosotros es diferente y tiene necesidades diferentes.

Después de que encuentres un sistema que te funciona, problamente tus circunstancias cambiarán (ya sea por trabajo, cambian los hijos de escuela, te mudas) y deberás modificar tu sistema.

…y está bien

Es parte de lo que nos hace humanos, perfectamente imperfectos y nos mantiene atentos a las aventuras que nos trae estar vivos.

Acéptalo y disfrútalo.

That would be it. See you on my next one.👠💕