SENTIMIENTOS DE LA NUEVA NORMALIDAD: PENSANDO EN VOZ ALTA

Photo by 🇨🇭 Claudio Schwarz | @purzlbaum on Unsplash

Sabemos claramente lo que se dice en versiones oficiales, chismes y las teorías de conspiración. Reportajes, parodias, memes; you name it, we have seen it all.

Unos creen en el novel virus. Otros piensan que es una farsa. Existe otro grupo que cree que no es obra natural, sino humana, pues no es casualidad que hubieran habido crisis de salud en el 1920, 1820 y 1720.

Ya sea una histroria repetida, contada por autoría de la naturaleza o de un laboratorio; existen efectos que no podemos ignorar. Al menos yo, no puedo.

No. No estoy hablando de la economía general y de las personas que se quedaron sin empleo. Tampoco hablo de lo harto que podemos estar algunos del distanciamiento social y las nuevas medidas de seguridad para protegernos a nosotros mismos y nuestras familias.

Me considero emocionalmente fuerte. Anímicamente inestable, algo así como la luna, pero con una capacidad impresionante para reponerme de embates fuertes de la vida como el divorcio, la muerte de un familiar; y confesiones en mi adultez que le conmoverían los cimientos a cualquier mortal.

Aún así, me he visto al borde de mis nervios.

Estás prácticamente todo el día en casa, evitando el mayor contacto posible con quienes no viven contigo por -respeto- al contagio. Así que, tienes que aprender a lidiar con el encierro, las limitaciones y protocolos a la hora de salir.

Las salidas, son extremadamente agotadoras. No sólo por el esfuerzo físico de las filas, las desinfectadas y lavadas de manos -como mil veces al día- y; que práctimcamente uno lo desinfecta todo. Si no también por la tensión emocional. La línea entre la precaución y la histeria es sumamente fina.

Incrédulos en el camino

Libras batallas verbales diariamente con dos tres que aseguran que la enfermedad no existe. Claro, no les ha dado, ni se les ha muerto nadie cercano. (Seguramente.) Me gustaría ver a esos incrédulos trabajando de voluntarios en un hospital. Pero, ayudando directamente a pacientes con COVID. Total, el maldito virus no existe, ¿verdad? Para ellos la labor no debe ser ningún tipo de sacrificio.

Deberían hacernos un favor: tomarse la saliva de alguien positivo a COVID y contarnos como les va. Así uno sabría de primera mano con lo que estamos bregando.

“Nadie se va a escapar.”

“¡A todos nos va a dar COVID!” , aseguran otros.

Si, suena coherente. Pero que te dé a tí primero, “compay”. Así vemos si “el gas pela” de verdad. Si verdaderamente nos va a dar a todos, yo prefiero cogerlo cuando haya pasado suficiente tiempo y se tenga mayor información.

Lo que considero más fuerte

Pero lo más fuerte, es la batalla que libras en tu interior. Esa que siente ardientes deseos de volver a la normalidad, pero escucha una voz que susurra que aún no es seguro echarse como hoja al viento. Que aún no es tiempo de dejarse llevar por la emoción que mueve a las masas, ni las ganas suicidas del que aborrece estar en casa porque está solo o tiene limitadas habilidades de convivencia familiar.

Entonces…, sientes incertidumbre. Si antes tenías dudas del futuro, ahora tienes más.

Desiciones que antes estaban tomadas con meses de anticipación, ahora tienes que esperar día a día para tomarlas. La escuela, el trabajo, las visitas a familiares, un abrazo a un ser querido que no vive contigo… todo es un “tal vez”; un “a lo mejor”… “quizás”.

¿Cuándo comienzan las clases? ¿Cómo van a ser más clases?

No sé.

¿Cuándo vuelves de manera presencial al trabajo?

No sé.

Si vuelvo al trabajo, ¿quién cuida a los nenes?

No sé.

¿Podremos reunirnos en el próximo cumpleaños? ¿En Acción de Gracias? ¿Despedida de Año?

No sé…

¿Qué considero más fuerte? Ese sentimiento de no saber. La incertidumbre. La desinformación.

Sé que estamos vivos hoy. Después de todo, en este punto, eso es lo importante… ¿ O no? ¿Qué sabes tú?

💞👠

¿Qué Me Puse la Semana Pasada?

¡¡Hola, hola, señoritas!! ¿Qué me puse la semana pasada? A penas salí a la calle durante la semana pasada, aún así, me vestí y arreglé todos los días. Como de costumbre. Arreglarme es parte de mi rutina diaria.

Una Forma de Pensar

Hace varios años adopté una nueva forma de pensar. Todos los días, son días especiales. Todos los días son días de vernos y sentirnos bellas. No importa si trabajas en una oficina o si trabajas en casa cuidando a tus niños, mereces estar arregalada.

No es necesario una festividad para estrenar un vestido, ni ponerse la joyería que tanto nos gusta. Hoy es un día especial. Y mañana, también lo será.

Les comparto parte de lo que me puse.

Lunes

Debía encontrarme con unos clientes para unas firmas y entrega de documentos. Opté por unos cortos de estampado tropical y color llamativo. Lo torné un poco más serio y profesional al añadirle un vest.

moda en casa

Martes…

¿Recuerdan el videito de “Outfit Inspo”? La base es el mono de puntos y le añadí un t-shirt, para un look súper cómodo y aún medio arregladito.

guapa en casa

Miércoles

Puedes “bajarle” a cualquier traje con tan solo ponerle unos zapatos deportivos. Esto fue lo que hice con este vestido, y para ser honesta, ¡me encantó!

Jueves

Un vestido de verano… El estampado súper veraniego con dos buenas rajas a los lados para que de me “fresquito”. 🤣🤣🤣🤣

Viernes

Cerré la semana con unos shorts y una blusa. La blusa, aunque de manga larga, en una tela ultra delgada para mitigar el calor. Debajo de ella tenía puesto un brallette para darle ese toque medio sexy.

Por favor, perdonen las pequeñas manchitas en el espejo.

La ropa que no se usa, se daña. Los zapatos cuando no se usan, se despegan. Aprovecha el hoy. Ponte lo que te gusta. 😉

That would be it… See you on my next one… 💞👠