dueña de mis palabras

Solía pensar que una debía decir lo que pensaba…, lo que sentía. “Sin pelos en la lengua.” Ser franca. Ser siempre como somos sin caer en la hipocresía.

Después de todo, ¿que tanto daño pueden hacer las palabras?

Si algo me molestaba, y no lo expresaba, rápidamente sentía que le faltaba a la verdad y que me faltaba a mi misma.

“Be careful with your words. Once they are said, they can be only forgiven, not forgotten.”

-Unknown

una cambia… o madura más bien

Con el pasar de los años, oportunidades saboteadas por mí misma y muchas relaciones dañadas y malheridas, aprendí que este “estilo” no es de gente inteligente.

“Words are free. It’s how you use them that may cost you.”

-KushandWizdom

Pensamos. Sentimos. Decimos.

Sin embargo, muchas veces lo que sentimos y lo que pensamos, simplemente está mal. Esa opinión es genuina y verdera para nosotros, pero precipitada en más de una ocasión. En el peor de los casos, ni siquiera es en relación a asuntos que nos competen.

Entonces podemos llegar a ser muy francos, muy sinceros y hacer honor a la verdad. Nuestra verdad. Sin embargo, estar franca, sincera y genuinamente equivocados.

“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.”

-Sigmund Freud

La realidad

La realidad de la vida es que no es necesario tener una opinión sobre todo, en todos los temas de la vida.

Es perfectamente inteligente abstenernos de asumir una postura hasta tanto tengamos todos los datos que sentimos son necesarios.

En otros casos, será inteligente abstenernos de una opinión o postura hasta… hasta siempre. Porque la verdad es que no siempre hay algo que decir. No siempre tiene que haber algo que opinar.

En una era en la que los influencers son la orden del día, y ser un blogger está al alcance de nuestros dedos, valoro a quien ha conquistado el arte de escuchar sin opinar…, y sin juzgar.

Admiro a todo aquel que es dueño de sí…, dueño de sus palabras.

photo of woman wearing white dress
Photo by Ika Kenes on Pexels.com

That would be it. See you on my next one. 👠💞

Prácticas Para Seguir, Sin Importar a Qué Religion Pertenezcas

La Iglesia Protestante y Católica, celebra en esta semana lo que comunmente llamamos la Semana Santa.

backlit beach clouds dark, prácticas aunque no seas cristiano
Photo by Pixabay on Pexels.com

seamos honestos

Para muchos, es un tiempo de recogimiento espiritual y meditación.  Y la verdad, es que es muy apropiado.  No necesariamente por motivos espirituales sino porque la gran mayoría estamos libres de trabajo o escuela y un sin número de comercios permanecen cerrados. 

El estar libre del trabajo y no poder arrancar a Marshalls, nos saca de la rutina haciendo de estos días el momento propicio para la instrospección.

Quizás no estes al tanto, pero fui una muy (muy) ferviente y activa cristiana durante varios años.  Asistí a cientos de seminarios, clases y conferencias a lo largo de los años. (Probablemente algunos 10.)

Aunque ya no asisto a ninguna Iglesia, existen varias prácticas a las que me he aferrado. No porque sea pecado, sino porque genuinamente considero le hacen bien al alma, a la mente y al etorno en el que me desenvuelvo.

También lo podrían ser para tí.

prácticas

1. Honrar a los Padres

“Cuidar de quien ya nos cuidó, es la mayor de las honras.”

Desconocido

El velar y estar al pendiente de mis padres ha sido increiblemente restaurador.  Más que darme sentido de pertenencia, me da sentido de plenitud. Me ayuda a sentirme completa. Mantener una comunicación, no necesariamente constante, pero si de calidad, ha sido restaurador para mis emociones y ha contribuido a fortalecer los lazos con mis propios hijos.

El tener ”cuidado”, ”respeto” hacia mis padres, me permite cambiarme de zapatos.  Me hace recordar que no estoy al ”tope de la montaña”, que tambien fui niña, que sigo siendo hija y que en un futuro mis hijos estarán en mi lugar.  Mantenerme en contacto con mis padres me permite apreciar las cotidianidades de la vida desde más de un punto de vista, como madre y como hija.

Una llamada, una simple visita, un corto acto de apreciación que haga sentir a nuestros mayores que son importantes para nosostros, es una excelente receta para crecer como ser humano y la sanidad interior.

2. Pagar Mal con Bien

“No somos responsables de nuestras emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas.”

Jorge Bucay

He estado cerca de personas tóxicas.  Más de una.  Más de una vez a lo largo de mi vida.  (De hecho, he escrito sobre ello. Oprime aquí o aquí para que tengas una idea.)

No te voy a negar que en más una ocasión me han dado ganas de dar un buen puño para que respeten, o por lo menos un poco de su propia medicina para que prueben. -Y de vez en cuando es necesario.-  (No he perdido el enfoque. Puedes continuar leyende con confianza.)  Sin embargo, este tipo de actitud lo que hace en la mayoría de las ocasiones es avivar la llama del resentiento e ira entre ambas partes.

Por otro lado, cuando pago mal con bien, he notado que esas personas sienten bochorno, entorpecen y confunden.  Mayor aún, les demuestro que sus acciones no tienen control sobre mí.  Sino que mas bien, soy lo suficietemente fuerte, estoy en control de mis emociones y estoy en control de mis reacciones.

En otras palabras, les quito poder.

3. Cuidar mi Cuerpo

” Toma cuidado de tu cuerpo. Es el único lugar que tienes para vivir.”

Jim Rohn

Ya sea que lo consideres templo o no, tu cuerpo merece cuidado. Hago todo lo que esté a mi alcance para internalizar esta verdad.

Cuidar el cuerpo no es sólo ejercitarse. Esto incluye observar lo que comes (y no, no estoy hablando de dietas estrictas. Hablo de no caer en los excesos de ninguna clase con el alcohol, azúcar, drogas, comida, etc.), descansar, y todo lo demás.

Si hay algo que debes respetar, es a ti mismo, porque te necesitas en las mejores condiciones posibles para alcanzar tus metas (o tu propósito).

4. Más espacio para la gratitud

“Cuanto más agradecida soy, mayor belleza veo.”

Mary Davis

Otra práctica: Menos queja y más abierta para apreciar las cosas buenas de la vida. Lejos de mirar el vaso “medio vacío”, trato de verlo “medio lleno”.

No te voy a negar, que en un mundo lleno de negatividad y abusos, es difícil mantener un actitud de gratitud.

A pesar de ello, cada día intento ser mejor que el anterior. Cada día intento enfocarme más en lo bueno que en lo malo. Hago todo lo posible por enfocarme en lo que tengo por encima de lo que me falta.

Aún no soy una experta en gratitud, pero voy en camino. Y con todos los beneficios que trae, no creo que tenga intenciones de desistir en cultivarla durante los próximos años.

ACÉPTALO

Ya sea que eres participante activo de una religión o no, no puedes negar que estas prácticas tienen la capacidad de hacernos mejores personas y en consecuencia, más felices.

En estos días de reflexión, evalúa qué practicas puedes implementar en estas áreas.

Deja pasar 30 días, y observa los resultados. Te sorprenderás.

That would be it. See you on my next one. 👠💞